martes, 18 de octubre de 2011

Vivobarefoot Ultra, la zapatilla minimalista más mínima


Durante este verano hemos podido disfrutar de esta última vuelta de tuerca al calzado minimalista: las VivobarefootTM Ultra, una idea novedosa realizada con la calidad que caracteriza a los productos de la casa VivobarefootTM. Esta zapatilla minimalista está formada por tres piezas: la zapatilla propiamente dicha, una especie de calcetín interior y una lengüeta independiente. Se puede usar con o sin el calcetín interior, cambiando tanto su uso como si fuera una zapatilla totalmente distinta.




La zapatilla minimalista

La zapatilla, la parte exterior, está hecha de una sola pieza de goma ligera, sin ningún tejido textil, diseñada para un uso anfibio: está totalmente agujereada. De esta forma el agua se drena sin problemas y, al no absorver nada, se seca rápidamente. Gracias a los agujeros tipo panal de abeja también resulta bastante fresca para el verano. Aunque esos mismos agujeros hacen que no sea muy práctica en la playa ya que la arena y las piedrecillas no son tan fáciles de sacar como el agua. Lo más sorprendente de este ‘exterior’ es su ligereza, no llegará a los 100 gramos y apenas se nota en el pie. Los cordones son elásticos, y se ajustan con un estrangulador de cierre rápido, lo que hace que sean muy rápidas de quitar y poner, consiguiendo además un buen ajuste. Su interior permite un uso sin calcetines, al carecer de costuras o bordes que puedan producir roces significantes.

Piezas de la Vivobarefoot Ultra
Piezas de la Vivobarefoot Ultra

La goma EVA de la que está hecha es tremendamente flexible y ligera, incluso la suela. Acostumbrado a suelas más duras, ésta transmite la sensación de estar un poco acolchada, no porque tenga algún dispositivo de amortiguación, si no más bien por las propias características del material. De todas formas su grosor es mínimo y permite una muy buena percepción del suelo, tanto que no resulta apropiada para terrenos pedregosos. Las piedras se notan todas y hay que llevar casi tanto cuidado como cuando se va descalzo. Por agarre tampoco resulta práctica en terrenos difíciles, por lo tanto su campo natural es el asfalto y los caminos fáciles.
Por sí sola, esta zapatilla de goma resulta muy interesante para disfrutar de un calzado ultra ligero durante el verano, pero ahí no acaba todo.

El calcetín interior

Este original calcetín se acopla a la zapatilla mediante un par de anclajes de forma hexagonal, quedando bien sujeto, como si de una sola pieza se tratase. De esta forma, en un abrir y cerrar de ojos se transforma en una zapatilla de invierno sin añadir un peso destacable. El calcetín, aparte de ofrecer protección contra las inclemencias del tiempo, también ofrece protección extra contra las inclemencias del suelo, en concreto contra objetos punzantes o cortantes. La suela del calcetín está hecha de un material tipo kevlar, resistente a la punción pero que no tendrá más de 1mm de grosor.
La única pega que le he encontrado al calcetín es que hace que la zapatilla quede un poco  más estrecha, aunque espero que esa sensación disminuya cuando ceda por el uso durante el invierno, ya que por ahora solamente los he usado para probarlos.
Vista del anclaje trasero del calcetín interior
Vista del anclaje trasero del calcetín interior
Como complemento también añade una lengüeta que se puede acoplar a uno de los anclajes cuando no llevamos el calcetín interior. Su función, además de conseguir parecerse más a una zapatilla convencional cuando la llevamos sin el calcetín interior, es la de mejorar la estética de la zapatilla y evitar que nos pellizquemos el empeine cuando nos ajustamos la misma.

Ajuste

Su ajuste es bueno, muy parecido a otras zapatillas de la casa como las Neo. Al ser muy anchas, permiten usar el número de talla real que se corresponde con el largo del pie. Por ejemplo, mi largo de pie se corresponde con una talla 41, y es el número que uso en las Neo, en las VFF y en estas, las Ultra, pero por ancho tengo que usar una 42 en todos los demás calzados que me he encontrado.

Uso

Lo más destacable de su uso es su bajo peso, no parece que lleves nada en los pies. Esto lo consigue al estar hecha íntegramente de una goma EVA ligera, un tanto esponjosa. Y ésta es la primera sensación que se tiene al ponerlas: que la suela parece un poco esponjosa y amortiguada. Aunque con el uso te das cuenta de que es tan fina que ese detalle no representa ningún problema sensorial con los pies. Eso sí, la protección frente a accidentes del terreno es baja y por lo tanto su uso más apropiado es para el asfalto y los caminos fáciles. Por agarre tampoco permite cosas más complicadas, ya que el dibujo que presenta es mínimo y no parece muy resistente a la abrasión. Aunque ahora, con unos 200km en las zapatillas, está aguantando el tipo bastante mejor de lo que habría apostado en un principio.

Suela de la Vivobarefoot Ultra
Vista de la suela de la zapatilla, con unos 200km sobre asfalto.

Me hubiera gustado poder usarlas de la forma que se ve en la publicidad: corriendo sobre charcos de agua y riachuelos, pero por ahora no ha coincidido ninguna tormenta veraniega por aquí, aunque sí he pasado intencionadamente por zonas con charcos para ver que tal. El resultado es que como el agua no empapa y la zapatilla tiene un buen drenaje, el pie se seca rápidamente. Así que para pisar charcos ocasionales van perfectas, pero tengo mis dudas sobre cómo le va a sentar a la piel de los pies el roce con la goma de la zapatilla si el agua es abundante y no da tiempo a que se seque. Una vez intenté correr con ellas por la orilla de la playa, pero los agujeros de la zapatilla hicieron que fuera una experiencia bastante incómoda, la arena y las piedrecitas se cuelan y no salen tan fácilmente como el agua.
No he llegado a usarlas en carreras, pero han sido el calzado elegido para competir este verano por nuestro compañero Pegasus para cualquier distancia, desde 5k hasta media maratón… y me consta que con unos resultados envidiables para la mayoría de los corredores populares.

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